ORUMILA-IFA
La Tradición
Orumilá-Ifá es el Dios de la Adivinación. Su ropa es blanca y usa el Opelé (juego utilizado en la adivinación ) para responderlas preguntas en el juego de la adivinación. Lleva siempre consigo un saco con cocos de dendé(fruto africano). Su día de la semana es el jueves.
Leyendas
Orumilá (también se le dice Orunmilá) vivió en la tierra por muchos años y tuvo 8 hijos. Una vez se decidió a ir a morar definitivamente al cielo. Dió a sus hijos 16 nueces de dendé y les dijo que las utilizaran solamente cuando fuera necesario.
La vuelta de Orumilá al cielo:
Cuenta la leyenda que después de vivir en la tierra por algún tiempo, Orumilá retornó al cielo. Para eso tiró una larga cuerda y subió al cielo por ella.
Los seres humanos quedaron totalmente desorientados sin la presencia de Orumilá, porque era Él quien transmitía los mensajes de Olorún para los hombres a través del oráculo.
Olokun, dios del mar, aprovechó la situación y se tomó casi toda la tierra, tornándola casi inabitable.
Como los hombres estaban pasando tanta pena, Orumilá bajó nuevamente por la cuerda y colocó las cosas en el mismo lugar, volviendo a la tierra a ser habitable.
Las atribuciones de Ifá:
El pueblo Iorubá cuenta que Ifá era un Dios que bajó del Orún con la finalidad de ser el portavoz de Orumilá, de ser el Dios del Oráculo.
Su misión es organizar el mundo, ayudar en los momentos de dolor y en los partos, enseñar sobre el uso de la medicina y dar orientación a la humanidad que a Él reccurren, sobre todo en cualquier asunto, interpretando los mensajes de los Odús (conjunto de Orixás)
Ifá llegó al mundo y se instaló en diferentes localidades. Cuando llegó al Ilé Ifé, se quedó en un local para su adoración.
Ifá conoce todos los caminos tanto del cielo como de la tierra y puede orientar a los hombres de todos los pueblos y llevar dus mensajes a Olorun. Era también médico y hasta hoy sus poderes son exaltados.
Ifá nace como un pequeño mudo:
En la creación del mundo, el rey del universo decidió criar a Ifá.
Así, nació un pequeño que fue llamado como Aiedegum.
Aiedegum nació del hechicero Meto-Lonfim y de Adje, su primera mujer.
Aiedegum, cuando era pequeño, no hablana ni siquiera una palabra.
Cuando ya era adolescente su padre le pegó con su bastón.
El pequeño, para sorpresa de todo el mundo dijo: "Gbé-medji", palabra que nadie entendió.
Días después, habló nuevamente y el pequeño mudo dijo: "leku-meji".
Y así, en diversas ocaciones se fueron completando las palabras dichas por Aiedegum.
Entonces él dijo: "Padre, si yo aprendo más, puedo decir más de un palabra".
El padre le pegó más al pequeño.
Y Aiedegum dijo:
"Voy a morir, pero quiero dejarle una herencia magnífica que le va a servir a toda la humanidad para siempre".
Él explicó que los 16 nombres eran los nombres de sus futuros hijos.
Que cada hijo suyo tendría un conocimiento.
Dijo que dejaría una palmera y que con el carozo de sus frutos se haría su juego, el juego de Ifá. Y así se podría consultar al juego para predecir el futuro.
Así nació el Oráculo de Ifá.
(Motilogia dos Orixás, 2001, pp.448)